• Blog
  • Blog

¿Ahorrar en tu factura de luz en verano? ¡Se puede!

Las altas temperaturas de los meses estivales  obligan a utilizar  ventiladores y aires acondicionados, lo que implica un gran consumo energético.

Según el IDAE, el 2,3% del gasto eléctrico de un hogar se produce precisamente en esta época del año. A pesar de esto, si hacemos un uso eficiente de los electrodomésticos, especialmente de los destinados a refrigerar la vivienda durante los meses de verano, es posible evitar que la factura de la luz se dispare. 

¿Cómo hacerlo? Aquí te lo explicamos:

El aire acondicionado es el electrodoméstico “estrella” del verano. Su uso es casi imprescindible en algunas zonas de nuestro país, que pueden llegar a temperaturas de más de 40 grados en julio y agosto. Los nuevos modelos cuentan con un sistema que permite ahorrar energía de hasta el 40%. Además, disponen también de control wi-fi, para encender, apagar o modificar la temperatura del equipo, aunque estés fuera de casa. A pesar de estas ventajas, su uso suele aumentar de forma notable la factura de la luz, durante esos meses. Por ello, vamos a proporcionarte algunos ‘trucos’ para mejorar la eficiencia de este electrodoméstico y reducir su consumo eléctrico:

  • Asegúrate de que usas la potencia que necesitas.   Para calcular cuántas frigorías necesitas, debes multiplicar por 100 el número de metros de la estancia. Es decir, para enfriar 30 m2, tendrías que adquirir un aire acondicionado de 3.000 frigorías. En caso de que la habitación tenga un mal aislamiento, los techos muy altos o una exposición demasiado directa al sol, será conveniente incrementar las frigorías al menos un 15%.
  • Programa la temperatura, lo ideal es entre 24 y 26 grados. Una temperatura inferior a la necesaria para que la estancia se enfríe antes, resulta contraproducente, ya que no ofrece el resultado esperado y, además, conlleva un consumo de energía mayor. Según la OCU, por cada grado de temperatura que se baja el termostato, el aire acondicionado gasta un 8% más de electricidad.
  • La diferencia de temperatura entre el interior y el exterior no debe ser superior a 12 grados. Un contraste excesivo puede provocar consecuencias negativas, como resfriados o virus estomacales.
  • Usa el modo “Sleep” o “Night” cuando te vayas a dormir. Esta función suaviza tanto la temperatura como la intensidad de salida del aire, llegando en algunos casos a apagar el equipo de manera progresiva.
  • Asegúrate de que la estancia donde vas a colocar el aire acondicionado esté bien aislada.  Las puertas y las ventanas deben estar bien cerradas, para que no se produzcan fugas de aire.
  • Selecciona correctamente la dirección del aire. Es mejor hacerlo hacia el centro de la habitación para conseguir que todo el ambiente esté fresco.
  • Haz lo mismo con el caudal de aire. En vez de ponerlo a gran velocidad, usa una velocidad menor. Conseguirás un ambiente agradable sin crear corrientes de aire.
  • Apaga el equipo un rato antes de salir de casa o de irte a dormir. La estancia se mantendrá fresca por inercia durante un tiempo y ahorrarás energía.
  • Utiliza el ventilador en los días en que el calor no sea tan sofocante. Aunque parezca un método obsoleto, consigue rebajar la temperatura de una estancia entre 3 y 5 grados, con un gasto energético muy inferior al del aire acondicionado.

Frigorífico: sácale el máximo partido en verano

Es el electrodoméstico que más tiempo permanece encendido y, por tanto, el que mayor consumo energético tiene, concretamente una media de 662 kWh, según la OCU. Por tanto, la manera en que lo uses será también determinará el resultado de tu factura. Veamos cómo hacerlo de manera correcta.

  • La temperatura ideal de la nevera se sitúa en torno a 4ºC, y la del congelador entre -17ºC y -18ºC. Es en estas temperaturas en las que conseguirás mantener los alimentos frescos y saludables, al mismo tiempo que ahorras energía. 
  • Coloca el frigorífico en un lugar adecuado. Lo ideal es elegir un espacio bien ventilado, frío y seco para que sea más fácil mantener la temperatura en su interior.
  • Mantén la puerta cerrada.  Cada vez que abres la puerta, la temperatura del interior sube, haciendo que el aparato tenga que emplear más energía para recuperar el nivel previo.
  • Coloca y conserva correctamente los alimentos. Para conseguir que los alimentos duren el mayor tiempo posible a la vez que ahorras energía es necesario que los coloques y guardes de manera adecuada.  Por ello, existen algunos trucos que es bueno poner en práctica:
    • Pon cerca del congelador aquellos alimentos que necesitan temperaturas más bajas para su correcta conservación, como las carnes y pescados.
    • Guarda las frutas y verduras en los cajones especialmente destinados para ello, normalmente colocados en la parte baja del frigorífico.
    • Reparte los huevos, yogures y embutidos por las zonas media y alta.
    • Coloca al fondo los alimentos más frescos y en la parte delantera los que tienen fecha de caducidad próxima.
    • La puerta es el mejor lugar para los productos envasados, como refrescos, salsas, mantequillas, mermeladas, etc., puesto que es la zona menos fría de la nevera.
    • Evita introducir alimentos calientes en el frigorífico.
    • No lo llenes demasiado, para que el aire pueda circular libremente. En caso de tener que hacerlo, baja la temperatura un grado.

El autoconsumo, es la solución perfecta para ahorrar en tu factura de la luz

Aunque estos consejos ayudarán a reducir ‘algo’ tu factura de la luz, sin duda alguna, la mejor opción para conseguir el ahorro perfecto, no es otra que el Autoconsumo Doméstico

Las placas solares te permiten producir tu propia energía, consiguiendo un ahorro de hasta un 70-80% en tu factura de la luz, además de contribuir al cuidado del medio ambiente, ya que se reduce notablemente la emisión de CO2 a la atmósfera.

Si estás decidido a producir energía verde, en GFM, te asesoramos, realizamos tu proyecto personalizado, instalamos tu autoconsumo y además gestionamos la solicitud de ayudas y subvenciones, disponibles en ese momento.